Catequesis para la confirmación – Capítulo 7
Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María
Vamos a hablar ahora de dos devociones que todos los cristianos católicos tenemos que abrazar para fortalecer nuestra fe y nuestra alma, y para obtener gracias de paz para el mundo y la conversión de los pecadores.
«… el Corazón de Jesús desea ser venerado conjuntamente con el Corazón de su Madre. « .- La Virgen de Fátima a los pastorcitos.
Los corazones de Jesús y María tienen que ser nuestro refugio y fuente de gracias para nuestra vida.
Son nuestra luz, fuentes inagotables de gracias para nuestra vida.
Esos corazones sufrieron mucho durante la Pasión de Jesús en la Cruz por todos nosotros, y sufren hoy en día porque nuestros pecados siguen formando esa corona de espinas que los hieren y los hacen sufrir.
Amemos con todo nuestro ser a los Sagrados Corazones de Jesús y María en agradecimiento por la pasión de Jesús, por el perdón de nuestros pecados y por todas las gracias que vierten continuamente sobre el mundo y nuestras vidas, para que Jesús nunca tenga que decirnos a nosotros lo que le dijo a Santa Margarita María de Alacoque:
«He aquí este Corazón que ha amado tanto a los hombres, que no ha omitido nada hasta agotarse y consumirse para manifestarles su amor, y por todo reconocimiento, no recibe de la mayor parte más que ingratitudes, desprecios, irreverencias y tibiezas que tienen para mí en este sacramento de amor. »
Sagrado Corazón de Jesús
«Os daré un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.»
Libro de Ezequiel. Capítulo 36, versículos 26-27
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús toma más relevancia por medio de Santa Margarita María de Alacoque.
Santa Margarita María de Alacoque entró en el convento de las visitandinas de Paray-le-Monial el 20 de junio de 1671. Tomó el hábito el 25 de agosto, Día de San Luis, rey de Francia.33 A partir del 27 de diciembre de 1673 tuvo una serie de revelaciones de Jesús para promover esta devoción.
«Yo reinaré a pesar de mis enemigos y a pesar de todo»
Durante estas revelaciones, Jesús nos dejó varias promesas que debemos tener muy en cuenta:
- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
- Daré la paz a las familias.
- Las consolaré en todas sus aflicciones.
- Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
- Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
- Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
- Las almas tibias se harán fervorosas.
- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
- Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
- Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
- Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
- A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.
- La gran promesa del Sagrado Corazón de Jesús: «Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que mi amor todopoderoso concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos la gracia final de la penitencia; no morirán en pecado ni sin recibir los sacramentos, y mi divino Corazón les será asilo seguro en aquel último momento. »
Corazón Inmaculado de María
Aunque la devoción al Inmaculado Corazón de María se inicia en el Siglo XVII tomaría especial importancia con las apariciones de la Virgen en Fátima.
La Virgen María dijo a los pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta:
«Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.»
«Diles a todos que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo.» – La Virgen de Fátima a la pastorcita Lucía.
Una de las formas de abrazar la devoción al Inmaculado Corazón de María es rezar el Santo Rosario todos los días por la paz en el mundo y la conversión de los pecadores.
Antes de rezar el Rosario podemos hacer una oración de consagración a su Inmaculado Corazón:
«Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo.» Amén
La Virgen de Fátima dijo a Lucía durante una de las apariciones: