Catequesis para el apostolado – Capítulo 2
Servir a los demás para la gloria de Dios y de su Santo Nombre.
Ya hemos visto lo importante que es que nuestras obras sean acordes a la doctrina de Cristo para que los demás puedan convertirse y quieran, al igual que nosotros, vivir en la alegría de ser hijos de Dios.
El siguiente paso lo tenemos que dar con la caridad. Cuando los demás nos pidan consejo, nos pidan su ayuda, nos pidan oraciones, tenemos que salir a su encuentro, ayudarles y aprovechar para hablarles de Jesús.
- Hermano, ten confianza, Jesús no te abandona nunca.
- Ven conmigo, vamos a la Iglesia a pedirle a Jesús que te ayude.
- Recemos juntos.
«Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.»
San Mateo (18,15-20)
Jesús vino a servir al mundo, también nosotros tenemos que servir al prójimo para que se acerque a Dios. Por eso, mantén el contacto frecuente con tus amigos, con tus parientes, con tus vecinos y ayúdalos cuando lo necesiten para que vean en ti un fiel apóstol de Cristo.
No hagas solo el bien a quien te lo hace a ti, porque esa no es más que otra forma de esclavitud.
Haz el bien a quien no te puede devolver el favor y serás un hombre/mujer libre, además estarás amontonando grandes tesoros en el Cielo, porque cuando los demás no puedan devolverte lo que haces por ellos, será Dios quien lo haga multiplicado por cien.
Además, tu prójimo, al no poder devolverte el bien que le has hecho y ver que tu caridad viene de Cristo, tendrá la necesidad de acercarse a Jesús en agradecimiento por las gracias recibidas, y en ese momento, será Jesús quien lo cubra con su misericordia para acercarlo a Él.