Segundo Libro de los Reyes – Capítulo 12
El reinado de Joás en Judá (835-796)
2 Cro 24.1-2
1 Joás tenía siete años cuando inició su reinado.
2 Comenzó a reinar en el séptimo año de Jehú, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibia, y era de Berseba.
3 Joás hizo lo que es recto a los ojos del Señor durante toda su vida, porque el sacerdote Iehoiadá lo había instruido.
4 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos.
La restauración del Templo de Jerusalén
2 Cro 24.4-14
5 Joás dijo a los sacerdotes: «Todo el dinero que se aporte a la Casa del Señor como ofrenda consagrada –el dinero en moneda corriente, los aranceles personales según los recursos de cada uno, y todo el dinero que aporte cada uno a la Casa del Señor por propia voluntad –
6 lo recibirán los sacerdotes para sí mismos, cada uno de la gente que conoce, y tendrán que reparar las partes deterioradas de la Casa, allí donde sea necesario».
7 Pero el vigesimotercer año del rey Joás, los sacerdotes no habían reparado aún las partes deterioradas de la Casa.
8 Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Iehoiadá y a los demás sacerdotes, y les dijo: «¿Por qué no reparan las partes deterioradas de la Casa? En adelante, ya no recibirán más dinero de la gente que conocen, sino que lo entregarán para reparar la Casa».
9 Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no recibir dinero del pueblo y en tener que reparar las partes deterioradas de la Casa.
10 Luego el sacerdote Iehoiadá tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa, y lo colocó al lado del altar, a la derecha de quien entra en la Casa del Señor. Y los sacerdotes guardianes del umbral depositaban allí todo el dinero que se aportaba para la Casa del Señor.
11 Cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el secretario del rey subía con el sumo sacerdote a recoger y contar el dinero que se encontraba en la Casa del Señor.
12 Después de haberlo contado, ponían el dinero en manos de los que dirigían las obras, de los supervisores de la Casa del Señor, y ellos lo empleaban para pagar a los carpinteros y constructores que trabajaban en la Casa del Señor,
13 a los albañiles y a los talladores de piedras, y también para comprar la madera y las piedras talladas con que se reparaba la Casa del Señor. Así se cubrían todos los gastos necesarios para reparar la Casa.
14 Sin embargo, con el dinero que se aportaba para la Casa del Señor no se hacían fuentes de plata, ni cuchillos, ni aspersorios, ni trompetas, ni objetos de oro y plata,
15 sino que se lo entregaba a los que dirigían las obras, y ellos lo empleaban para reparar la Casa del Señor.
16 Y no se pedía cuenta a los hombres que recibían el dinero para pagar a los obreros, porque obraban a conciencia.
17 El dinero de los sacrificios de reparación y de los sacrificios por el pecado, no se lo destinaba a la Casa del Señor, sino que era para los sacerdotes.
La invasión aramea y asesinato de Joás
2 Cro 24.23-27
18 Por ese entonces, Jazael, rey de Aram, subió a combatir contra Gat y se apoderó de ella. Luego Jazael se dispuso a subir contra Jerusalén.
19 Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos que habían consagrado Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, y los que él mismo había consagrado, así como también todo el oro que había en los tesoros de la Casa del Señor y de la casa del rey, y envió todo eso a Jazael, rey de Aram. Así este se alejó de Jerusalén.
20 El resto de los hechos de Joás y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá?
21 Sus servidores se sublevaron, urdieron una conspiración y asesinaron a Joás en Bet Miló, mientras él bajaba hacia Silá.
22 Iozacar, hijo de Simat, y Iehozabad, hijo de Somer, sus servidores, fueron los que lo hirieron de muerte. Lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Su hijo Amasías reinó en lugar de él.