Santa Marta
Era hermana de María y de Lázaro, la familia de Betania amiga de Jesús, en cuya casa el Señor se encontraba muy a gusto.
San Juan nos dice que «Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro» (Jn 11,5). Dos escenas del evangelio nos lo evidencian.
Marta acogió en su casa a Jesús; éste se entretenía con María; Marta se quejó de la falta de colaboración de su hermana, y entonces escuchó el dulce reproche de Señor que establece la jerarquía de valores: «Marta, Marta, una sola cosa es necesaria» (Lc 10,41-42);
Marta hospedó al Señor y le sirvió con esmero. No menos emotivo es el episodio de la resurrección de Lázaro, y el diálogo que la precede entre Jesús y Marta cuando ésta sale a su encuentro y acaba confesando: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo» (Jn 11,27).
ORACIÓN A SANTA MARTA
Dios todopoderoso, tu Hijo aceptó la hospitalidad de santa Marta y se albergó en su casa; concédenos, por intercesión de esta santa mujer, servir fielmente a Cristo en nuestros hermanos y ser recibidos, como premio, en tu casa del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.