Santa Liberata

Santa Liberata (Librada)

 

Santa Liberata

Fue la primera mujer virgen y mártir crucificada como Jesucristo.

Era hija de Lucio Castelio Severo quien fue gobernador romano del noreste de la península ibérica (Gallaecia y Lusitania) en el año 122.

Su esposa Calsia, quien da a luz en un solo parto a nueve niñas, mientras su marido está fuera recorriendo sus dominios, temiendo ser repudiada por infidelidad conyugal decide deshacerse de las criaturas y se las encomienda a su fiel servidora Sila, ordenándole que bajo el mayor secreto las ahogara en el río Miñor.

Sila cristiana a carta cabal, lejos de cometer tan horrible crimen, las deja en casa de familias amigas y las criaturas fueron bautizadas por el obispo San Ovidio y criadas en la fe cristiana.

Los nombres de estas niñas fueron: Genivera, Victoria, Eufemia, Germania, Marina, Marciana, Basilisa, Quiteria y Liberata.

Llegado el momento tuvieron que comparecer ante su propio padre acusadas de ser cristianas, el cual al descubrir que eran sus hijas las invita a que renuncien a Cristo a cambio de poder vivir rodeadas de los lujos y comodidades propias de su familia.

No lo consigue y como castigo las encarcela tratando de atemorizarlas, pero logran huir con ayuda de las garras de la cárcel y se dispersan.

Todas ellas, no obstante acabarían siendo mártires cristianas asesinadas por su propio padre.

La devoción popular sitúa a Liberata mártir en la cruz a la edad de 20 años el 18 de enero del 139.

ORACIÓN A SANTA LIBERATA
Gloriosísima, virgen y mártir, Santa Liberata, que para ser verdadera imagen de Cristo Redentor mereciste morir clavada como Él, en una cruz, alcánzame del Señor fortaleza y paciencia en los trabajos y sufrimientos de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén